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Imagen de sombrillas en fila en un día de sol en una playa de arena blanca

Cómo disfrutar del verano sin estropear la dieta

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La mayoría de nosotros ya andamos pensando en las vacaciones, la playa, el relax, ver a los amigos y a la familia… resulta un plan ideal, pero muchas veces, no termina todo lo bien que deseamos.

¿Disfrutamos? Sí, claro que sí, no hablo de eso. Pienso más bien en la nuestra amiga la báscula que nos espera a la vuelta.

En pocos sitios se come como en España, pero  independientemente de la riqueza gastronómica de nuestro país, lo cierto, es que todo lo celebramos en torno a la mesa. ¿Qué tengo nuevo trabajo? Vamos a comer para celebrarlo, ¿qué me han despedido? Pues nada, habrá que salir a tapear algo para animarse…cualquier circunstancia puede ser una excusa para una buena comida.

El verano es junto con las navidades, de las peores épocas del año para mantener nuestra figura. ¿Podemos hacer algo? ¿Puedo evitar subir de peso en vacaciones?

Rotundamente, sí. Tanto si estás estabas a dieta, como si no, lo importante es que, con un par de pautas, lograrás disfrutar sin que se note demasiado en la línea.

Desayuno: Momento ideal para introducir hidratos de carbono de naturaleza integral. ¡Evita la bollería industrial y el exceso de fruta! Si vas a disfrutar de unos días de hotel, es preferible que tomes unos huevos revueltos, antes que el bollo de crema.

Aperitivo: Sustituye los pinchos contundentes por versiones más ligeras y saciantes: cambia el pincho de tortilla, ensaladilla y las patatas fritas, por jamón, queso, aceitunas, mejillones, una tapa de pulpo o unas ricas gambas.

Comida: Tan importante es lo que comes, como la cantidad. Así que para antes de que estés demasiado lleno.

Postres: ¿A quién no le apetece un helado después de comer o a media tarde? Con el calor nos apetecen cosas refrescantes. Pues bien, elige los helados artesanales, que sean de vasito y no le añadas chuches ni siropes. Si tienen alguna versión baja en azúcar, mejor. Eso sí, intenta que no sea todos los días, y si al final lo tomas todos los días, entonces, solo una bola de helado.

Cenas:  Evita los hidratos de carbono por la noche ¡aunque estés en Alicante y las paellas estén buenísimas! Prácticamente, todo lo que comemos de noche se va directamente a nuestras reservas de grasa. Las ensaladas, conviene tomarlas a la hora de la comida, por su digestión lenta. Así que ya sabes, pescado, una carne magra, marisco, un gazpacho fresquito, las posibilidades son amplias.

Alcohol:  En verano se suele aumentar el consumo del alcohol: las cañitas del aperitivo o en la playa, los vinitos del tapeo y de las comidas, la copa si salimos de fiesta. ¿El alcohol engorda? Pues sí, pero también es cierto que depende de la cantidad. Como en todo, lo aconsejable es la moderación. No es lo mismo tomar una caña que cuatro, o una copa de vino, que media botella.

Y finalmente,

No te dejes llevar por la mayoría: Cuando salimos en grupo, a veces nos dejamos llevar. Nos da cosa pedir algo diferente a lo que quiere el resto. Te pongo un ejemplo, si vas a comer en grupo y piden entrantes para compartir, no te cortes, intenta equilibrar. No es lo mismo tomar unas gambas, una ensalada y una ración de croquetas, que pedir las croquetas, una tortilla de patatas y calamares a la romana. La primera opción es mucho más equilibrada, y si me apuras…más apetecible.

Espero que estos consejos te sirvan para no traer kilitos de más de tus vacaciones. Y recuerda:

Disfrútalas, ¡pero con cabeza!

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