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Imagen de huevos cocidos partidos en lonchas, salmon y pepino

Cómo saber qué comer

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En términos generales hay dos palabras que deben definir nuestra dieta, variedad y equilibrio. Cuando uno se alimenta ben, se levanta con energía, tiene buen ánimo y buen humor y a pesar de que a lo largo del día, o de la semana, el cansancio se puede apoderar de nosotros, basta el sueño reparador de la noche para cargar nuestras pilas.

El levantarnos cansados, sin ánimo y sin fuerzas, deprimidos o tristes, con sensación de hinchazón o doloridos, son síntomas de que nuestros hábitos no son los adecuados. He aquí una serie de pautas que te ayudarán a mantener una alimentación equilibrada.

Desayuno: Introduce una fuente de vitaminas, como una fruta, consumida como pieza o en zumo; un lácteo, como la leche, preferentemente en su variedad semi-desnatada o entera, que contengan las vitaminas liposolubles; una fuente de proteína, como jamón, pavo, o incluso otro lácteo como el queso, y una fuente de hidratos de carbono, como el pan, siempre en su variedad integral. ¡Evita los cereales de desayuno que en general contienen un exceso de azúcares!

A media mañana: Si tienes hambre, un yogur o una pieza de fruta, evita los alimentos preparados o la bollería industrial. ¡Siempre será mejor un sandwhich de pan integral que un bollo de chocolate!

Comida: Alimentos ricos en fibra (como verduras u hortalizas); alimentos ricos en proteínas (como carnes, pescados, marisco, huevos, lácteos y derivados); alimentos ricos en hidratos de carbono (arroz, pasta, pan, legumbres), siempre que sea posible en su variedad integral, evitando las harinas refinadas. ¡La cantidad de hidratos de carbono que consumamos deberá ser también proporcional al ejercicio físico que hagamos!

Merienda: Si tenemos hambre, una pieza de fruta, una gelatina.

Cena: Una fuente de proteína y/o una fuente de verduras cocinadas. Evitar las hortalizas crudas de noche y la fruta, así como los hidratos de carbono (dependerá también de nuestro ejercicio físico).

Ejemplo:

Desayuno: Zumo de naranja, café con leche y tostada de pan integral con queso fresco y aceite de oliva.

Media mañana: Pieza de fruta o yogur e infusión/café o té.

Comida: Berenjenas rellenas de pollo con arroz integral, y una pieza de fruta.

Merienda: Gelatina o pieza de fruta.

Cena: Crema de calabacín, queso fresco, de postre yogur.

La idea no es sólo comer de todo, sino, distribuir bien los alimentos a lo largo del día. ¡Anímate a cambiar los hábitos! Y si tienes alguna duda…¡aquí me tienes!

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