Asesoramiento nutricional y dietas
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Imagen de un árbol de Navidad en un paraje nevado a la luz de la luna

¡Feliz Navidad…! Pero, ¿qué hago con la dieta?

Hay determinadas fechas que no parecen ser las mejores para iniciar una dieta: Navidad, Semana Santa, las vacaciones, los viernes…

Personalmente pienso que cualquier momento es estupendo. Los problemas de sobrepeso se producen precisamente porque en muchas ocasiones recurrimos al “ un día es un día”. En concreto, los fines de semana, que incluyen viernes, sábado y domingo; los quince días de Navidad, los cuatro días de Semana Santa y los treinta días de vacaciones.

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Imagen de varias gelatinas de diferentes sabores y colores

Entre horas

¿A quién no le ha “rugido” el estómago a media mañana en medio de una reunión, o incluso ya pasadas las seis de la tarde en el despacho? Ese ruido se escucha cuando tenemos el aparato digestivo vacío. Es una señal que nos indica que debemos comer.

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Imagen de un tazón de cereales con fruta variada

El Desayuno. Opciones saludables

La teoría, más o menos, la conocemos todos. Pero ¿cuáles son las mejores opciones para empezar el día de una forma saludable?

La comida más importante del día es el desayuno. Como alimentos líquidos podemos tomar café con leche, té o infusiones, evitando endulzarlos en exceso. Si es posible, en caso de consumir zumos envasados, intentad que sean al menos, zumos sin azúcares añadidos. La mejor opción, sin lugar a dudas, es tomar zumos naturales. Personalmente, suelo mezclar fruta y verdura, para evitar el exceso de azúcar. Las combinaciones son sabrosas y sorprendentes.

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I,agen en color de una muchacha con un girasol en la mano en un campo de girasoles

El Cambio de hábitos

De la misma manera que nos esmeramos en hacer bien nuestro trabajo, en cuidar de las personas que queremos, en mantener ordenadas nuestras cosas, etc., deberíamos cuidar de nuestro cuerpo. Tener unos hábitos de vida saludables nos ayuda a estar sanos y fuertes.  A continuación te comentaré algunas costumbres que puedes incorporar en tus rutinas diarias para mejorar tu estado del bienestar.

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Imagen en color de un plato de comida que contiene proteínas, verduras e hidratos de carbono

La Dieta

En el amplio sentido de la palabra, dieta significa “conjunto de sustancias que normalmente se ingieren como alimento”. La dieta es fundamental en nuestra vida, pues los alimentos que comemos son necesarios para mantener la estructura ósea que nos sostiene; para fabricar el músculo, que nos permite la movilidad y el desplazamiento; y en definitiva, para mantener el conjunto de procesos enzimáticos y bioquímicos necesarios para la vida.

Nuestro cuerpo es extremadamente adaptable y es capaz de sobrevivir en condiciones extremas. Lo ideal, sin embargo, es que a través de la alimentación obtengamos los elementos necesarios para llevar a cabo todos los procesos que se requieren para el mantenimiento de la vida.

Es recomendable el consumo diario de proteínas. Las proteínas se encuentran en carne, pescado, marisco, huevos o productos lácteos y derivados. Las proteínas tienen una función estructural y plástica, formando parte de nuestra musculatura, vísceras y estructuras orgánicas. En general, las proteínas de origen animal son más ricas en aminoácidos esenciales que las proteínas de origen vegetal, por lo que poseen un valor biológico mayor. Un adulto debe consumir entre 0,8 g y 1,2 g diarios de proteína por kilo de peso corporal. Debemos tener en cuenta, por tanto, no sólo la cantidad de proteínas que consumimos sino también la calidad de las mismas.

Las verduras y hortalizas, son alimentos ricos en fibras, vitaminas y minerales, que desempeñan funciones reguladoras en nuestro organismo, para el correcto funcionamiento de multitud de reacciones enzimáticas y para la formación de estructuras en el organismo. Para aprovechar al máximo sus beneficios, es aconsejable consumirlas a diario, preferentemente frescas, en ensaladas, cocinadas al dente durante el día, o cocinadas en forma de cremas o purés por la noche.

Las frutas, además de vitaminas y minerales, contienen azúcares, así que la recomendación es no consumir más de tres piezas de fruta al día, y nunca de noche. Cuanto más madura está una fruta, más cantidad de azúcar contendrá. Las frutas más recomendables, son aquellas que poseen enzimas digestivas como la papaya, el kiwi, la piña o los higos, pudiendo obtener un máximo beneficio de sus propiedades si las consumimos de postre en la comida.

La ingesta de legumbres, cereales y derivados debe ser moderada, sobre todo si llevamos una vida sedentaria. El momento de consumirlos será preferentemente a primera hora del día o en la comida, evitando su ingesta en las cenas. Además, siempre que sea posible, deben consumirse en su variedad integral.

Los alimentos ricos en grasas de buena calidad, como el aceite de oliva; los frutos grasos, como la aceituna y el aguacate; los frutos secos, como las almendras, nueces, avellanas; y el pescado azul, como el atún, sardinas, caballas; en general, son altamente recomendados debido a sus cualidades antiinflamatorias y protectoras de la salud, aunque deben ser consumidos con moderación.

En general, la dieta debe ser variada y contener elementos pertenecientes a los principales grupos alimenticios, intentando elegirlos atendiendo a sus colores, puesto que denotan propiedades distintas, a su diferente naturaleza, y a sus diferentes cualidades, para así asegurarnos el consumo de elementos primordiales básicos, que nos permitirán mantenernos fuertes y sanos.

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Imagen en color de un trozo de pastel con cobertura azucarada

El Azúcar

El azúcar se consume en abundancia en nuestros días: el café con leche y la tostada con mermelada del desayuno; el zumo y el bollo de media mañana, …y así una larga lista de alimentos cotidianos de nuestra dieta, yogur, bebidas chocolateadas, refrescos,… incluso se encuentra oculto en muchos alimentos como la mahonesa, kétchup, fiambres y embutidos, cereales de desayuno, etc.

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Imagen que muestra un pantalón vaquero abrochado y parte del abdomen de una persona

¡Me tengo que poner a Dieta!

 
Me tengo que poner a dieta. Me imagino delgadísima con mi pantalón de la talla 38, totalmente rejuvenecida. Genial, pero… ¿cuándo empiezo? Resulta que estamos a miércoles y son las tres de la tarde.


-¿Un miércoles? -¡Que va, que va!, enseguida llega el fin de semana y claro, con solo dos días y medio, no sé yo si voy a estar preparada para llevar una dieta un sábado. Mejor empiezo el lunes. -¡Si, si, qué buena idea, así lo voy organizando todo, voy a comprar lo que me falta y de paso me “despido” un par de días dándome un buen homenaje!-.

La mitad de las personas con sobrepeso que conozco se proponen empezar la dieta el lunes.

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Imagen a color que muestra fresas, guindas, melocotones y naranja para elaborar zumos y licuados

Zumos y Licuados

Personalmente los zumos y licuados me encantan, pero claro… ¿y el azúcar?. Casi todos los alimentos lo contienen y si no lo llevan, lo añadimos: el café del desayuno, la mermelada de la tostada, el bollo o el yogur de la media mañana, y así un largo etc.

Salvo las hortalizas que tomamos en las ensaladas, casi todos los vegetales los ingerimos cocinados, perdiendo la mayor parte de sus propiedades. ¿Cómo obtener, entonces, una buena dosis de vitaminas, sin abusar del azúcar?.

Una solución sencilla consiste en mezclar verduras y hortalizas con la fruta, y tomarlas en zumo o licuadas. El pimiento, por ejemplo, tiene muchísima vitamina C, al igual que el perejil y el tomate, así que podríamos mezclar tomate con naranja y obtener los beneficios de las vitaminas sin abusar de lo dulce.

Últimamente, además, los licuados están muy de moda entre las estrellas de cine y las famosas. No obstante, no te voy a proponer que los uses como sustitutivos de la comida, sino como complemento a ella. Lo notarás en la piel y en la energía que te proporcionarán.

¿Quieres saber cuáles son mis favoritos?

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  • Licuado 1: Dos zanahorias pequeñas, una ramita de apio, una manzana, una naranja.
  • Licuado 2: ½ remolacha cruda, dos zanahorias pequeñas, una manzana.
  • Licuado 3: (o zumo): Un tomate, una naranja, una manzana.
  • Licuado 4: (o zumo): Dos rodajas de melón, una manzana, una ramita de apio.

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A todos mis licuados les pongo jengibre, una raíz de origen chino. Es un antiinflamatorio natural, mejora la digestión, acelera el metabolismo, etc. Además de por sus propiedades, me encanta ese inesperado matiz picante que le da al zumo (ojo con las cantidades, con una rodajita de un centímetro de grosor es suficiente). Pruébalo, aunque no tienes por qué ponerlo si no te gusta. Otra hortaliza que suelo añadir es el apio. Me resulta sorprendente su sabor en combinación con la fruta y además facilita la digestión, calma los nervios, tiene efecto saciante y favorece la eliminación de líquidos. ¿Y qué decir de las zanahorias? Son ricas en fibra, minerales, antioxidantes naturales y es una gran aliada de la vista. Generalmente suelo poner con moderación las que tienen mayor contenido en azúcares como la remolacha, aunque no puedo renunciar a introducirlas puesto que son ricas en flavonoides, carotenoides, folatos, etc.

Solo un par de recomendaciones antes de que te lances a experimentar con las mezclas:

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  • Lava bien frutas, hortalizas y verduras.
  • No pongas más de dos piezas de fruta por licuado, y no tomes más de tres piezas de fruta al día.
  • Ojo con las cantidades, con tomar un vasito de zumo o licuado es más que suficiente.
  • Toma zumos variados, no hagas siempre el mismo, por mucho que te guste, será más divertido.

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¡¡Prúebalos, no podrás vivir sin ellos!!