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Imagen de la corteza de un pan rústico

¡Con su pan se lo coma!

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Generalmente recomiendo no abusar de los hidratos de carbono y adecuar su consumo al gasto energético de cada persona. Uno de los alimentos más populares y de los que más suele abusarse es el pan.

El pan que consumimos no suele ser de buena calidad, está elaborado con harinas refinadas, se endurece rápidamente y no tiene mucho sabor.
¿Por qué, entonces,  no hacerlo en casa?

Os propongo hacer un pan de trigo sarraceno y harina de kamut. Esta receta contiene trigo sarraceno que es un pseudo cereal que no posee gluten, además de harina de kamut, que es una variedad ancestral de trigo antiguo, que, por tanto, sí tiene gluten. Ambos poseen un contenido en hidratos de carbono que oscila entre el 65 y el 70%. En el caso del kamut, estos son hidratos de carbono complejos con un gran poder saciante. La proporción de proteínas oscila entre el 11 y el 14%, conteniendo el kamut todos los aminoácidos esenciales para el cuerpo humano.

Vamos allá con la receta.

Ingredientes:

250 g de harina de fuerza o harina panadera.
150g de harina de trigo sarraceno.
150g de harina de kamut.
50 gramos de semillas (sésamo, lino y semillas de amapola).
100 gramos de masa madre ( si no tienes masa madre, puedes hacer el día anterior una mezcla de 50 gramos de harina integral de trigo, con 50 ml de agua tibia y 1 gramos de levadura de panadero seca, y lo dejas toda la noche a temperatura ambiente).
5 gramos de levadura de panadero seca.
12 gramos de sal.
330 ml de líquido (puedes usar agua, cerveza o leche).

• En un bol mezclamos la harina de fuerza, trigo sarraceno, kamut, las semillas, y la sal.

• En el líquido que vayamos a usar, diluimos la masa madre y la levadura seca, y añadimos poco a poco a la harina. La masa debe tener un color brillante en superficie. Pasamos la mezcla a una superficie enharinada y amasamos. Si necesitamos más harina vamos añadiendo para poder amasar bien.

• Formamos una bola y envolvemos en un paño húmedo. Dejamos que doble su volumen a temperatura ambiente.

• Una vez que doble el volumen, tomamos un trozo de masa y guardamos en un recipiente en la nevera (así tendremos masa madre para la próxima vez). La mezcla restante la amasamos enérgicamente para quitarle todo el gas. Formamos una bola y dejamos que repose hasta que doble su volumen. Mientras calentamos el horno a 250 grados.

• Una vez que haya doblado el volumen, hacemos un corte en la superficie con un cuchillo de sierra en forma de cruz y metemos en el horno unos 15 minutos a 250 grados. Pulverizamos entonces la superficie del horno con agua, para crear una atmósfera húmeda y que nos quede el pan doradito.

• A los 15 minutos, bajamos a 200 grados, pulverizamos con agua la superficie del horno y horneamos 25 minutos. Sacamos el pan, lo ponemos en una rejilla y dejamos que se atempere 24 horas antes de cortarlo.

Si no consigues estas harinas, puedes sustituirlas por la harina integral que más te guste.

¡Anímate, verás que sabor tan agradable tendrán tus desayunos!

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