Come sano, ¡come mejor!
Es muy importante tener las ideas claras. Muchas veces nos ponemos a dieta y comenzamos a disminuir la cantidad de alimentos, sin pararnos a pensar si lo que estamos ingiriendo en saludable o no.
Es muy importante tener las ideas claras. Muchas veces nos ponemos a dieta y comenzamos a disminuir la cantidad de alimentos, sin pararnos a pensar si lo que estamos ingiriendo en saludable o no.
Si bien estas serán unas navidades atípicas, no está de más, tener claros algunos conceptos para afrontar mejor las comidas navideñas.
En nuestro camino por conseguir una alimentación equilibrada, debemos tener en cuenta no sólo nuestros hábitos nutricionales, sino también la relación que tenemos con la comida, nuestras costumbres y forma de entender la vida, también influyen.
¿Cuantas veces hemos comenzado el día diciendo, apartir de ahora voy a comer bien, …y no aguantamos más de dos días sin caer en alguna tentación?
En esta época escuchamos con frecuencia el concepto: Operación Bikini. Es difícil lograrlo si nos planteamos la pérdida de pesa con prisas y estableciendo unos objetivos irreales a muy corto plazo. Lo cierto es que la operación bikini, deberíamos hacerla durante todo el año.
¿Sabías que cuando cocinas alimentos a temperaturas muy altas se generan sustancias nocivas para la salud, como la acrilamida, que tiene efectos cancerígenos?
Cañas, helados, comidas con los amigos, ¿cómo podemos llevar el verano sin que lo note nuestro cuerpo? La respuesta es sencilla: moderación. Lo realmente difícil es llevarlo a la práctica.
A lo largo de estos años, me encontrado con personas que intentaban bajar de peso haciendo sólo dieta, o sólo deporte. El resultado, en la mayor parte de los casos, frustrante, tras un pequeño periodo inicial donde el cuerpo responde al cambio de hábitos, rápidamente, dejamos de ver resultados.
¡Se acabó la diversión! Salvo algunos que podrán disfrutar de las vacaciones el mes de septiembre, la mayoría, hemos consumido nuestro tiempo de ocio. Ahora queda la vuelta a la rutina: trabajo, estudios, deporte,…
Generalmente, en vacaciones bajamos el ritmo. Y eso está muy bien. Lo ideal es aprovechar las vacaciones para relajarnos y olvidarnos del estrés del día a día.